La industria del deporte está bajo presión para reducir su impacto climático, y Puma se ha convertido en una de las marcas que toma medidas concretas. Con su estrategia “Forever Better”, la compañía se ha alineado con los objetivos climáticos globales y avanza rápidamente para transformar sus operaciones.
Puma se ha comprometido a reducir sus emisiones de carbono en un 50% para 2030, cubriendo tanto sus operaciones directas como su cadena de suministro. Actualmente, el 100% de la electricidad utilizada en las instalaciones propias de Puma proviene de fuentes renovables. La marca también invierte en programas de eficiencia energética para sus proveedores y participa en el Fashion Pact, una coalición internacional dedicada al clima, la biodiversidad y la protección de los océanos.
La innovación en productos es clave en la estrategia climática de Puma. Más de la mitad de sus colecciones ya utilizan materiales como poliéster reciclado, algodón orgánico o cuero procedente de granjas certificadas responsables. Puma también ha introducido embalajes biodegradables y experimenta con conceptos de economía circular, como el reciclaje de prendas antiguas para crear nuevos tejidos.
Además, Puma publica un informe anual de sostenibilidad, que hace transparente su progreso y sus desafíos. Este informe incluye datos detallados sobre emisiones, consumo de agua y estándares laborales en su cadena de suministro global. Pocas marcas deportivas comparten este nivel de responsabilidad.
Al combinar rendimiento, diseño y compromiso ambiental, Puma demuestra que la acción climática puede integrarse en cada aspecto del deporte. A medida que atletas y aficionados reclaman soluciones más sostenibles, el liderazgo de Puma muestra que una de las formas más rápidas de ganar la carrera contra el cambio climático es nunca dejar de mejorar.