El Vendée Globe, la regata en solitario alrededor del mundo sin asistencia, se ha convertido no solo en la prueba máxima de resistencia en la vela, sino también en una plataforma pionera en materia de sostenibilidad ambiental. Con vistas a su edición de 2024, los organizadores lanzaron una estrategia de sostenibilidad basada en cuatro pilares: anticipar, reducir, inspirar y dejar un legado positivo.
En primer lugar, la carrera aplicó una evaluación prospectiva de su huella de carbono, en colaboración con los expertos Carbone 4 y Toovalu. Este método innovador permitió identificar zonas clave de impacto—desde la localidad de la regata hasta los propios barcos—y definir medidas de reducción aplicables para la edición de 2024. Después se realizará una auditoría más completa (alcance 3) para validar la metodología y medir su eficacia.
Para reducir impactos ambientales, el Vendée Globe incorporó cláusulas ambientales en sus licitaciones públicas, elevando los criterios para proveedores y colaboradores. Además, el reglamento para expositores en la edición 2024 se endureció notablemente. También se introdujeron medios de transporte de bajo carbono en el pueblo de Les Sables-d’Olonne: trenes TER con mayor frecuencia, lanzaderas con gas verde, autobuses de hidrógeno, barcos eléctricos y bicicletas compartidas, alentando al público a movilizarse de forma más sostenible.
En el ámbito marítimo, los IMOCA 60 se encaminan hacia una menor huella ambiental. La normativa de 2028 implantará un “tope de carbono” que limitará las emisiones de CO₂ durante la construcción de los barcos. Mientras tanto, en 2024, 25 regatistas equiparon voluntariamente sus embarcaciones con sensores oceanográficos—alimentados por energía solar e hidrogeneradores—para recopilar datos importantes sobre la temperatura del mar y el clima. Si bien esto fue opcional en 2024, será obligatorio a partir de 2028.
Por medio de su audiencia global, el Vendée Globe busca también inspirar la conciencia ambiental. Ampliaron el programa educativo «Vendée Globe Junior» para llegar a niños en todo el mundo, ofreciendo contenidos que fomentan la alfabetización oceánica y los valores de conservación.
Finalmente, la creación de la Fundación Vendée Globe representa un compromiso por dejar un legado positivo. Este fondo de dotación financia investigaciones en conservación marina, entre ellas tres proyectos principales: “Share The Ocean”, que define zonas de protección biodiversa; “Mission William” de Over the Swell, que estudia la migración del tiburón ballena para mejorar su protección; y una colaboración clave con la UNESCO para coordinar la recogida de datos oceanográficos con redes científicas globales. Desde 2028, todos los regatistas participarán en este esfuerzo científico.
En resumen, el Vendée Globe demuestra cómo un evento deportivo de alto nivel puede ser un motor de innovación ambiental. Midiendo su huella de carbono, reduciendo sus impactos ecológicos en tierra y mar, inspirando a audiencias globales e instaurando una fundación científica, el Vendée Globe marca un ejemplo poderoso de deporte sostenible y preservación oceánica.